Te fuiste demasiado pronto, tenías mucho por hacer y por cantar, tenías una vida. Pero parece que la vida pudo contigo y elegiste atajos que con los que no pudiste, que fueron más fuertes que tu. Te perdiste en estados y viajes que no supiste controlar y que, al final, hicieron que te olvidaras de ti mismo, de aquella mujer negra con una voz prodigiosa y una sonrisa increíble.
Muchos de nosotros vimos como te colaste nuestra vida cuando apareció tu primer éxito y nos dimos cuenta de lo importante que serías en la música. Supimos que estábamos ante una gran estrella y creíamos que jamás se apagaría. Quizá fuera sólo una ilusión, pero deseábamos que así fuera. Nos equivocamos.
Pero no quiero pararme en lo negativo, no quiero recordarte, Whitney Houston, en tus últimos momentos, cuando ya no eras tú, cuando eras una sombra de ti misma y tu voz se había apagado antes que tu cuerpo exhalara su último aliento. prefiero recordar tu primigenio pelo rizado, tu sonrisa infinita y tus ganas de bailar siempre con alguien, como cantabas en tu primer vídeo de éxito.
Cada nuevo tema una confirmación de que tu voz era única, que eras una estrella y los profesionales musicales a tu alrededor cuidaban que fueras la mejor. En el fondo, solo tenías muy pocos que de verdad quisieran que la fama no pudiera contigo ni con tus sueños. De hecho, tu último disco, en el que todos descubrimos que tu voz había desaparecido, fue un último regalo de aquellos que de verdad te quisieron, de los que te tomaban de la mano con amor y no con interés.
Whitney Houston es para mí, una de las voces más importantes que ha habido en la historia de la música, sin embargo no pudo vivir esa última etapa de la vida en la que una cantante busca otros espacios musicales y se reinventa para su que luz brille con luz propia.
Creo que esta selección representa esa gran artista y, el vídeo final, el ocaso anticipado de la misma.
© La Mirilla Curiosa