No sé qué tienen los grupos musicales gallegos, en especial los de Vigo, ciudad que me vio nacer, que despierta en algo nuevo en mí. Creo que es por la movida, la multiculturalidad de la ciudad, una ría única en el mundo, su gastronomía, lo fácil que es ser parte de ella y por las puestas de sol que se pueden ver desde las playas de arena blanca o las cimas de los montes cercanos.
Lo siento, pero no, no soy imparcial para todo lo que culturalmente se crea en ella, ya sea dentro de lo artístico como la pintura, el teatro, la escultura, etc.… y, como en este caso, la música.
Así que, en este caso, tengo que referirme a un artista de la música, vigués y afincado en Bembrive: Villanueva.
Compositor de canciones en las que imprime su vertiente literaria, inspirada en aquello que lee para crear sus letras, teniendo como referencias una amplia lista de nombres de escritores, así como también otros grupos y cantantes.
Ha sido miembro de otros grupos como Gardening o Martynez.
No le gusta la obligatoriedad que existe de estar presente en las redes sociales, generando contenidos constantemente. Para él, lo más importante es la creación, la creatividad, junto con la calidad de la misma, lo que produce una obra creada tras un trabajo profundo. De este modo, tiene algo de lo que poder hablar y presentar al público.
Para Villanueva, un artista es aquel que siente que la obra ha de estar por encima de la persona.
Sonido potente, en la que destacan las guitarras, teclados y batería. Una voz clara, fuerte, directa, sin miedo de ser escuchada y que llega donde quiere hacerlo.
No te invita a escuchar, te abre las puertas para que entres hasta la cocina, para compartir su mundo contigo. La música es arte y sus medios también lo son, por lo que estamos ante un artista musical multidisciplinar.
Juega con lo cercano y lo hace música, poesía en letra de canción, metáfora en imagen, conectando con unos ritmos muy, muy buenos.
En su música se respira aire, mar, bullicio, noche y día, lo cotidiano, lo íntimo y lo personal… Tantas realidades como matices tiene la vida.
Me gusta ese aire indie en el sonido, que me recuerda a grupos ingleses de los 80, con la potencia y producción del siglo XXI y un cierto aire retro.
Lo que está claro es que no es alguien que haya aparecido por casualidad en el panorama musical. Hay un bagaje y muchas horas de trabajo detrás de Villanueva. Hay identidad propia, sonidos personales y se ve que cree en lo que hace.
Observo una trayectoria y un camino que recorrer y vivir por delante, por lo que escucho, que puede llenar con su mundo musical. Hacen falta artistas como él para seguir disfrutando, no solamente de la música sino también de nuevos artistas que, realmente, tienen algo que decir.
Abrazos musicales.
Alejandro Guillán
La mirilla curiosa